Sub / por Martín Armada
El fútbol, el intenso y fugaz amor colectivo. Los que saben del juego y no están comprometidos con los libros de pases ni con el chupetómetro de la publicidad dicen que debemos estar en paz, que todo fue dado.

Pasan los años, pasan los jugadores y acá seguimos, intentando comprender de qué manera el deporte y el éxito conviven con la gloria y una idea absoluta y presente de justicia. Si Argentina salía campeón mi abuelo iba a poder seguir tranquilo en su muerte, una vieja deuda con un amigo iba a saldarse, también iba a perdonarme alguien por algo que pasó, pero que nunca comprendí. Transpiré por esa alquimia y por la felicidad.
Y perdimos. Todo bien. Yo estuve unas horas en silencio, poniendo la cabeza sobre una mano. Horas enfrente de una repetición que de a poco me fue soldando algo roto que se unió de nuevo a mi de una manera desprolija y permanente. No caminé por las avenidas, no canté. Lo hice mil veces en mi corazón y el último día fui mezquino y quise quedarme con esa alegría.

Al principio me sentí mal. Había fallado cuando tocaba olvidarme de mí. Hasta que detrás de los gritos de un periodista de campo vino primero otra voz y después otra imagen. Mascherano, que desde ahora sólo será él si está dispuesto a dar la vida por nosotros, agradeció el aguante, honró al grupo, bancó el fuego que se come al tiempo. Ojos rojos, parado delante del empapelado pagado por una maquinaria que no siente amor dijo: «Hoy, nos vaciamos». Creo que después se fue. Así de perfecto.

Las (tres) del estribo / por Ercole Lissardi

1.NEYMAR. En el partido por el tercer puesto se recibió de TIPAZO. Le sobraban excusas para no estar sentadito en el banco. Pero quiso estar ahí y tragar toda la mierda junto con sus compañeros. No cualquiera.
2. UNA  POR EL PUEBLO ARGENTINO. Que igual salió a festejar. No el subcampeonato, por supuesto, sino la hombría, el dejar todo por la camiseta albiceleste que fue lo que hicieron sus muchachos.
3. UNA POR LOS YORUGUAS. Que se tomaron con mucha soda la eliminación a manos de Colombia, razonando que mandar a casa a Inglaterra y a Italia era ya como ganar un Mundial.
Y no voy por la cuarta porque la cuarta como decía Lezama, es la de la locura.

Piernas / por Ercole Lissardi

Advertimos en nuestro post anterior que era un partido para la mínima diferencia o para penales.

Argentina hizo un buen partido. Se mantuvo la alineación que se había elaborado a lo largo del campeonato y mientras hubo piernas se controló a Alemania y se tuvo opciones de gol gracias a la habilidad de los delanteros.

La diferencia entre Argentina y Alemania fue que Argentina se quedó sin piernas, y Alemania no.

Es la eterna diferencia entre los nórdicos y los demás. Ellos son jugadores de fútbol pero además son atletas.

A mediados del segundo tiempo Argentina empezó a sentir el trámite y poco a poco retrocedió en la cancha.

Una carrera infernal de Schurrle por la banda izquierda al final del alargue decidió el partido.

Sabedor de ese plus físico alemán que aparecería al final del partido, la idea de Sabella fue ganar el partido en los primeros 45. Ahí Argentina quemó su físico. Tuvo las mejores oportunidades pero no la pudo embocar. Al final de los primeros 45 Argentina iba ganando… por puntos. Para los segundos 45 ya no había esa energía. Poco a poco Alemania fue prevaleciendo.

¿Pudo haberse planteado otra cosa? Sí. Pudo haberse medido mucho más el gasto de energía, dosificarla. Pero si en esos primeros 45 jugados a toda máquina se hubiera anotado, otro gallo hubiera cantado en el segundo tiempo.

MESSI. Es un jugador extraordinario. Pique, dribbling, panorama de cancha, shot, fantasía. Lo tiene todo. El problema es que aprendió a jugar con el tiqui-tiqui y a eso jugó toda su vida. Le cuesta muchísimo acostumbrarse a otra cosa. Esa es la esencia de sus diferencias con Sabella. Buena parte del partido deambuló por la cancha esperando que le llegara una pelota redonda para entregarse a las delicias del tiqui-tiqui. Le llegaron muy pocas. Intentar la magia personal rodeado de tres o cuatro teutones es poco menos que imposible.

La batalla de Argentina II / por Ricardo Strafacce

La primera vez (y quizás la única) que Arlt fue a la cancha

Ayer vi ganar a los argentinos

por Roberto Arlt

Ustedes dirán que soy el globero más extraordinario que ha pisado El Mundo por lo que voy a decirles. Ayer fue el primer partido de fútbol que vi en mi vida, es decir, en los veintinueve años de existencia que tengo, si no se cuentan como partidos de fútbol esos con pelota de mano que juegan los purretes y que todos, cuando menos, hemos ensayado con detrimento del calzado y de la ropa. Sí; el primer partido, de modo que no les extrañen las macanas que puedo decir.

“Carnet” de periodista. Una naranja podrida reventó en el cráneo de un lonyi; cuarenta mil pañuelos se agitaron en el aire, y Ferreyra de una magnífica patada hizo el primer goal. Ni un equipo de ametralladoras puede hacer más ruido que esas ochenta mil manos que aplaudían el éxito argentino. Tanta gente aplaudía tras mis orejas, que el viento desalojado por las manos zumbaba en mis mejillas.
Luego, el juego decreció de entusiasmo y empecé a tomar apuntes. Aquí van; para que se den cuenta cómo trabaja un cronista que no entiende ni medio de football (creo que así lo escriben los ingleses). He aquí lo que vi. Un negro que vendía un paraguas abollado para librarse del sol. Un regimiento de chicos que vendían ladrillos, cajones, tablas, naranjas, manzanas, bebidas sin alcohol, diarios, retratos de los footbalistas, caramelos, etc., etc. Un jugador argentino dio una costalada, Cherro erró un goal; de pronto suenan aplausos y en la pista de “Las oficiales”, más aplausos a granel. El “Torito de Mataderos”, pasaba entre una barra de admiradores.

Una voz grita tras mío: “Ese Evaristo está toda la tarde con la platea” (y Evaristo fue el que hizo el segundo goal en combinación con Ferreyra). Otra naranja podrida estalla en el cráneo del mismo lonyi. Cientos de cachadores miran y se ríen.
Cherro yerra otro goal y un fulano que se esconde tras de los bigotes, se los retuerce al compás de malísimas palabras. Las gradas están negras de espectadores. Sobre estos cuarenta mil porteños, de continuo una mano misteriosa vuelca volantes que caen entre el aire y el sol con resplandores de hojas de plata. Se apelotonan jugadores uruguayos y argentinos en torno de un jugador estirado en el suelo. Fue una patada en la nuca. No hay vuelta; los deportes son saludables. Otra naranja podrida revienta en el cráneo del mismo lonyi. Ferreyra gambetea que es un contento. No hay vuelta, es el mejor jugador del equipo, con Evaristo. ¡Ferreyra solo!, gritan las tribunas, y otro: “Ahí lo tienen al juego científico”.

Desde un techo. Al sur de la cancha de San Lorenzo de Almagro, sobre avenida La Plata, hay una fábrica con techo de dos aguas y varias claraboyas. Pues, de pronto, la gente empezó a mirar para aquel lado, y era que de las claraboyas, lo mismo que hormigas, brotaban mirones que en cuatro patas iban a instalarse en el caballete del tejado. Algo como de cinematógrafo. A todo esto el primer tiempo había terminado. Entonces, del alambrado que separa las populares de las plateas, vi despegarse al lonyi que recibía las naranjas podridas en el mate.
Tenía el cogote chorreando de podredumbre, la jeta cansada de tanto estar colgado y se dejó caer en el portland del piso, con gran satisfacción de los propietarios de las naranjas. Ahora el suelo quedó convertido en campamento gitano. Comencé a caminar. Había una cosa que me llamó la atención y era el agua que continuamente caía de lo alto de las tribunas. Le pregunté a un espectador por qué hacían ese regalo, y el espectador me contestó que eran ciudadanos argentinos que dentro de la constitución hacían sus necesidades naturales desde las alturas.
También vi una cosa formidable, y era un montón de purretes colgados de los fierros en la parte inferior de las tribunas, es decir, del lado donde únicamente se ven los pies de los espectadores. Todos estos chicos rivalizaban en agarrarle las piernas a una espectadora para ellos invisible.
Al margen del fútbol. Seguí caminando, pensando en los espectáculos que la suerte me había deparado ver por primera vez en mi vida, y vi un regimiento de mujercitas de aspecto poco edificante acompañadas de la barra de sus “maridos”. Habían hecho rueda en asientos de diarios y tragaban salame de caballo y mortadela de burro.
El ruidoso trabajo de masticación era acompañado de una continua repetición de tragos de un brebaje misterioso que tenían encerrado en un porrón. Luego tropecé con una brigada de forajidos que vendían ladrillos, no para tirárselos a los jugadores, parece que para éstos se reservaban las botellas. Los ladrillos eran para servir de pedestal a los espectadores petisos.
Apareció un negro arramblando con una hoja de puerta, levantó una tribuna y comenzó a vocear; “veinte centavos el asiento”. Varios padres de familia subieron al palco improvisado.

Avenida La Plata. Salí del field, pocos minutos antes que Evaristo hiciera el segundo goal. Todas las puertas de avenida La Plata estaban embanderadas de magníficas pebetas. ¡La pucha si hay lindas muchachas en esta avenida La Plata! De pronto resonó el estruendo de toda una muchedumbre de aplausos; desde lo alto de la tribuna un brazo como un semáforo hizo una señal misteriosa sobre el fondo celeste, y la voz rápidamente levantó un grito en la garganta de todas las pebetas: —Ganamos los argentinos: 2 a 0. Hacía mucho tiempo que los porteños no jugaban con trepidés.
Los uruguayos dieron la impresión de desarrollar un juego más armónico que el de los argentinos, pero éstos, aunque desordenadamente, trabajaron con lo único que da el éxito en la vida: el entusiasmo.

*Texto publicado en el diario El Mundo el 18 de noviembre de 1929.

Cuando Messi no corre, piensa / por Inés Acevedo

No entiendo cómo aún hoy, al borde de ser campeones del mundo, la gente sigue criticando a Messi. El principal reclamo: que no se mueve.
¿Cómo pueden olvidarse que si estamos en el Mundial es por los goles que él convirtió?
¿Cómo pueden sostener sin vergüenza que jugar al fútbol es correr atrás de la pelota?

Hipótesis

Yo pienso que se juega a la pelota con las piernas y la cabeza.
Los hombres, a diferencia de las mujeres, tienen gran dificultad para hacer dos cosas a la vez.

1. Es por eso que postulo que cuando Messi no está corriendo es porque está pensando.
¿Por qué debe pensar? Porque los equipos de la selección han sido cambiantes, porque el juego no está aceitado, y cada partido es un nuevo desafío estratégico.
Esa forma de jugar se ve también en Zidane, un jugador muy pensante.

2. No moverse es una táctica calculada. Como los animales que se hacen los muertos para que no los ataquen, Messi busca no llamar la atención para poder arrancar con velocidad y sacar ventaja antes que los marcadores lo inhabiliten a seguir.

3. Es una simple cuestión de economía. ¿Para qué se va a mover, para qué va a pedir la pelota cuando las condiciones no están dadas? ¿Por qué nadar corriente arriba?
Es bien cierto que ante una jugada posible Messi aparece, corre y hace el gol, o lo genera. ¿Importa algo más?
Pero la gente quiere ver un futbolista inmolándose: ¡bravo Di María, cómo corriste! O Bravo Neymar, que te quebraste una vértebra.

4. Messi es como el chico tonto que al final resulta que no es tonto sino que es un superdotado que se aburre tanto que no hace bien el examen.

5. Una última posibilidad es que Messi no corra porque está cansado.
Cansado de cargar sobre sus hombros la responsabilidad de ser capitán (un rol que a mi entender no le queda bien).
O cansado de un fútbol mediocre, incluso en la Copa del Mundo.

La imagen de Messi solo en el medio de la cancha es una metáfora perfecta de la genialidad.

 

 

Entrega y sacrificio / por Daniel Buschi

Es de creer que cuando un grupo se vota a si mismo está amplificando el sentido de pertenencia e indicando como funcionan sus entrañas. El grupo se ríe, se pone combativo, se organiza para una causa, se estruja contra una pared con rabia, etc, etc. Con la intención de no caer de pleno en la cursilería o si, pero a riesgo de Alejandro Sabella: “el entrenador de un equipo de fútbol se consagra cuando consigue enseñar al público sus dotes como estratega”. La metáfora del paso del Rubicón o la conferencia de prensa después del partido contra Holanda, en el que su nível de ambición lúdica lo llevó a terminar la aparición con la frase, “ahora viene el momento de calcular las bajas”. No sé si Sabella es un aficionado a la técnica y estrategia de la guerra o si la jerga militar es uno de sus vicios íntimos en relación a relatarse. Puede que sea uno de esos hombres nacidos entre 1950 y 1960 que tienen una relación fetiche con los libros sobre la segunda guerra mundial, pero no lo parece. Leí en una nota que uno de sus ayudantes lo considera como el más memorioso de todos, una resonancia que se extiende a toda una camada influida por el poder de acaparación de Daniel Passarella. Después está lo que mostró el equipo en la cancha. De a poco y en consonancia a las virtudes de rivales más dotados, proyectándose un sistema de juego más simil a una guerrilla en Siria, agrupados en bunkers defensivos bombas de fabricación casera explotan o no, escondidas en artilugios cotidianos. Ese es un escenario posible para una final con Alemania, un equipo argentino que defiende con cinco jugadores en línea, Mascherano baja para ocupar el lugar de jefe de los centrales, entre Garay y Demichelis. Lavezzi no deja un lugar en la cancha sin pisar, Rojo y Zabaleta suben por las puntas cuando el equipo contrataca, pero rara vez Argentina tira un centro, el ataque de los puntas entonces es un pulso más de bravuconería. Messi toma la pelota, en general por atrás de la linea de mediocampo y los recursos del equipo entonces, son los de una triangulación vertical, resolviendo los goles, como dije, con oportunismo y sencillez.

Por otro lado, a Sabella se lo vio también desempeñar el papel de teólogo en declaraciones al respecto de como debe ser un compañero con su grupo, dijo que “el compañero debe pensar en términos de dar y de esa manera armar un círculo virtuoso” o lo mismo, de manera simplificada: “los jugadores tienen en la camiseta su número y el número del resto de sus compañeros”.

pachorra táctico

MF (Finales) / por Miguel Villafañe

Podría tranquilamente renunciar a escribir un comentario sobre el MF, pero estoy comprometido y ahora que las papas queman no voy a retroceder. Mucho ocurrió en estos días. Hasta el punto en el que decir que la SFBr. fue goleada 7-1 por la SFAl. Y que la SFArg. le ganó por penales  a la SFHol luego de un excelente partido de fútbol, de esos que mantienen la tensión segundo a segundo y que llegó a su climax con las brillantes atajadas de Romero y las excelentes ejecuciones de los jugadores argentinos encargados de patear para su selección, (un trabajo ultraeficaz), es repetir lo que saben hasta los niños de teta.  Honestamente a mi me hubiese encantado que a la final la jueguen la SFBr contra la SFArg. y que a la final la gane la SFBr, para que la fiesta en Brasil se prolongue un poco, como suerte de gratificación carnavalezca para los vecinos brasileños, que se lo merecen después de tremendo gasto de millones de euros, y para dejar de escuchar en estas tierras en imbécil “decime qué se siente…” Pero no va a poder ser, lo siento mucho por ellos y por mi salud mental.

Puesto el foco ahora, esta tarde jugarán la SFBr. contra la SFHol.  por el 3er puesto. Será un partido revancha para los dos seleccionados derrotados y eliminados  respectivamente de la Final de manera contundente. Yo había visto el partido que jugaron los brasileños contra los colombianos y no daba un mango por los locales: jugaron  horrible, con tosquedad, sin gracia y además, encima, la lesión de Neymar de la que inmediatamente los llanuros comenzaron a mofarse…  Al parecer, por estos indicios, una catástrofe se avecinaba. Y ocurrió. En cuanto a la SFHol., luego derrotada por la SFArg, le había ganado en ronda de penales a la SFCR., luego de cumplir al dedillo con una rutina prevista de antemano en la que estaba incluido el cambio de arquero un instante antes de terminar el segundo alargue, incidente que cayó como balde de hielo que sorprendió a todos: el arquero de “laboratorio”, especializado en atajar penales se haría cargo del asunto. Eso y otros rituales de “macho” ejecutados por el arquero holandés en el campo de batalla (solo faltó mear el territorio) combinados parecieron haber “atemorizado” a los jugadores costarricenses al patear, de tan mal que lo hicieron. Contaban con ese golpe de efecto para el partido que jugaron luego contra los argentinos y salió mal? Seguramente. Intervino el azar y se impuso contra la planificación.

Así llegamos a esta final, que se jugará mañana entre la SFArg. y la SAl. ¿Pronósticos? No puedo aventurarme ahora, seguramente mañana me tomaré unos instantes antes de que comience el partido y haré mis reflexiones finales.  Por lo que vi, la SFArg tiene un plus que no vi en la SFAl: pero esta es una apreciación puramente subjetiva, carece del rigor de análisis de los comentaristas de moda. Sólo sé que no me resultaría grato que gane el equipo alemán porque sería una vez más el triunfo de lo mecánico, la planificación, los laboratorios. Además lo quiero mucho a Alejandro Sabella, que fue un gran jugador de fútbol, suplente de Alonso, que lució la 10 de River unos cuantos años en la década del 70 y lo hizo tan bien. Además dirigió un Estudiantes de la Plata letal. Aún hoy recuerdo que la última vez que fuimos a la cancha de River con todos mis hijos, Estudiantes le ganó, para estupor de todas las tribunas locales  4-0, y quiero lo mejor para él.

Sabella parece boludo, no lo es.

Antes del fin / por Ercole Lissardi

1. PARA TERMINAR  CON SUÁREZ.  Que antes mismo de finalizar el Mundial en el que con característica vileza la Fifa expulsó a Suárez de sus dominios como si fuera mismamente un pichicho callejero el Barcelona comprara su ficha por 90 millones de Euros, no es cualquier gesto. Es un gesto que desoculta la tensión existente entre la mafia europea del fútbol y la mafia mundial del fútbol. No olvidar que Europa encabeza la movida contra el mundial en Qatar debido al trabajo esclavo en la construcción de la infraestructura y a las coimas en el otorgamiento de la sede. Suárez desaparece del Mundial de Brasil y reaparece súper estrella en un súper club europeo.

2. ARGENTINA DE MENOS A MAS.  Con la salida de Fernández y Gago, y la entrada de Demichelis, Pérez y Biglia, Argentina logró una solidez en el mediocampo por demás indispensable. Esa solidez le permitió frenar a Holanda y le permitirá frenar a Alemania.  Rotando adecuadamente a los notables delanteros que tiene, a Argentina le sobra con qué hacer daño. La clave en la final para Argentina es no caer en la ingenuidad de  Brasil, no estirar el equipo, esperar en bloque el momento adecuado. Alemania es buena, sin duda, pero el 7 a 1 es más consecuencia de la tontería táctica de Brasil que de las súper luminarias alemanas. Alemania contragolpea a gran velocidad y en bloque. Si encuentra al rival estirado o directamente partido, se hace un picnic. Si encuentra , un rival bien plantado le cuesta, como a cualquiera.

3. EL PROBLEMA PARA ALEMANIA. Es el talento descollante de los delanteros argentinos. Hasta ahora Alemania no tuvo que enfrentar nunca en todo el Mundial a un equipo de verdaderos talentosos. Messi, Agüero, Di María son artefactos futbolísiticos con los que un alemán no sabe bien qué hacer.

4. EN CASO DE APOSTAR. No se deje llevar por el 7 a 1. Es un partido para mínima diferencia, o directamente para penales.

La batalla de Argentina / por Ricardo Strafacce

Según alcanzo a colegir en el mapa que pego abajo, estos son los países que están con nosotros:

Bolivia
Ecuador
Alguna de las Guyanas
El Salvador
Cuba
República dominicana
Mauritania
Somalía
Bosnia
Croacia
Luxemburgo
Islas Feroe
Bhutan

Todos los demás (incluido Argelia, lamentablemente), con el enemigo. Como se ve, hinchan por nosotros los pobres.

por-quien-hincharan-cada-pais-la-final-del-mundial

El loco / por J.P. Zooey

En su prólogo al libro de Jim Dodge titulado Stone Junction, Thomas Pynchon nombra al dios de los escritores. No se trata de un dios que alivie las perturbaciones humanas, ni corrija las deformaciones del alma, ni tampoco de un dios que riegue con luz al mundo. El dios de los escritores es “el astuto sabio incorruptible que los antropólogos denominan ‘el pícaro’, los alquimistas en activo, ‘Hermes’, y los jugadores de cartas de todo el mundo, ‘el comodín’”.

Es posible entrever más apariciones del dios de los artistas. Hermes en la Antigua Grecia; Mercurio en Roma. También suele encarnar en el arcano 22 del Tarot: El Loco, ese dios tan particular, frágil y temperamental que conoce Dárgelos y habita en Jessico. Tal vez la forma más universal del astuto sabio incorruptible sea el Arlequín, el Guasón, que puede haber aparecido, en el siglo XX, como líder de los chiflados, Moe.

Son muchos los nombres, encarnaciones y apariciones de este dios. Sus características son la soledad, el ánimo inestable, una deriva andariega, ser juguetón y bromista, apreciar la compañía de los perros y los gatos, la vehemencia y el optimismo, y siempre trabajar para un Rey. ¿Quién es el Rey? Yo no lo sé.

A medida que el equipo de Argentina se fue acercando a la final, se hizo más presente el astuto. Estaba desde el comienzo, tatuado en la pierna derecha de Di María. Sabella sintió al bromista en Lavezzi, que lleva la camiseta 22. Pero en la contingencia de Zabaleta se reveló completamente el Guasón (quien fractalmente tiene un comodín en la mano). El domingo veremos cómo el pícaro se enfrenta a Thor.

jpz

Rumbo a la cuarta copa del mundo / por Damián Ríos

Till leyó el artículo de Martín Caparrós en El país a propósito del partido contra Holanda y me lo copia en el chat del skype: “Quizá somos esto; quizás el error –tan argentino– de muchos argentinos fue haber creído que podíamos ser otra cosa: una que, en principio, parecía mejor.” Le digo que Caparrós es un novelista desparejo, que a veces es mediocre y que a veces es malo; que es un hábil periodista, pero que en literatura ha probado casi todas las formas del error y del mal gusto. Tiene un blog en un diario español, le digo, si siquiera una columna el diario principal. Till, que ya está festejando, me dice que de todas maneras será un intelectual prestigioso; es probable, le digo, y por eso mismo no significa demasiado. Till dice que no entiende a los argentinos y que Caparrós sí. No sé lo que entiende Caparrós, pero hablemos de fútbol. Hablemos de Alemania que le ganó a Brasil en una muestra de carácter, que le hizo sentir el rigor por meterse, injustamente, en una semifinal para la que no estaba preparado, con una muestra de talento y precisión; de personalidad y oportunismo. Con jugadores que se conocen muy bien y que casi siempre salen jugando desde el fondo con pases precisos y que en el medio son muy rápidos y casi nunca se equivocan y que adelante son generalmente letales, que tienen un arquero al que es difícil imaginarlo vencido. Que contra Brasil hicieron el mejor partido de la historia de los mundiales y que su técnico es serio y tiene un proyecto de largo plazo, que se prepararon para esta final, que la están esperando ansiosos desde hace 24 años. Qué puedo decir de Argentina, pregunta. De Argentina, querido amigo, no digas nada, no hay nada que analizar; no velamos ningún secreto y no hay nada que interpretar, entonces, ya lo sabemos todo.

Los lindos que no olvidaremos, según Magalí Etchebarne e Inés Acevedo

El mundial que se va nos deja un poco vacíos pero pase lo que pase, los que hemos seguido de cerca este excelente espectáculo difícilmente olvidaremos estas caras y cuerpos.

Hace semanas que la periodista Magalí Etchebarne viene revolucionando su cuenta de Facebook con la selección paralela, la selección de los lindos del mundial.

Los tatuadores y peluqueros ya se afanan en los brazos y cabezas de miles y miles de chicos, todo viene de acá:.

Cuartos de final: no hay que estar nerviosos.
Holanda: Wesley Sneijder, mediocampista.

1

Nos preparamos para las semifinales. Y que las pacatas sigan diciendo que mejor no se note lo que deseamos. Thomas Vermaelen, defensor belga.

2

No podemos entender la pasión que suscita Levezzi.

3

De la tierra de Saussure,vimos a este caballero en el arco. Roman Buerki.

4

 

Me niego a que Lavezzi gane el Mundial Paralelo, ¡perdón país! pero no podemos conformarnos así, ¡¡¡no podemos ser así!!!! reaccionen!!!  Se suma entonces Uruguay, país que había quedado afuera pero, gracias al aporte de Debora, entra con: Diego Lugano, defensor.

5

Un argentino viene sumando más puntos que ninguno en el Mundial Paralelo, se llama Lavezzi y hace olas. Pero no podemos dárselo por ganado. Italia en este mundial sigue de pie. Claudio Marchisio, centrocampista.

6

Italia se podrá haber ido de ese mundial, pero en este sigue en carrera

7

Y cerramos con esta, quién hubiera dicho que se rompería una vértebra!

8

*Soy un imán para los chicos ricos tristes*, o algo así, dice la poeta Likke Li y auspicia este arribo: Neymar da Silva Santos Júnior, do Brasil.

 

Rumbo a la cuarta copa del mundo / por Damián Ríos

“Ningún campeonato se gana en la semifinal”, le cito a mi amigo Till. Tarda en contestar, está borracho y dice incoherencias en una mezcla de alemán, castellano y portugués. Si bien había pronosticado una goleada a los brasileños, todavía no puede creerlo. Me dice que es muy raro hacer pases en el área chica, que son raros los defensores brasileños. Fue un partido raro, es verdad, una sorpresa. Le digo que el fútbol, según un teórico argentino, es la dinámica de lo impensado. Me pregunta si en Argentina hay teóricos y se ríe. Observa, de todas maneras, una contradicción entre “la dinámica de lo impensado” y la palabra “teórico”. Ya sabe qué va a hacer Alemania en la final, algo que no es ningún secreto. Planificación en pelotas paradas y salida rápida del fondo y del mediocampo. Impensado es, por ejemplo, la pelota que Mascherano le tapó a Roben y en la que se rompió el culo, le digo. Hay jugadores que hacen cosas impensadas. Me habla de Mascherano y pregunta por Maradona. Le digo que tiene un programa de televisión y me dice que hace bien en dedicarse a eso. Hablamos de estadísticas pero él las descarta al instante y me vuelve a preguntar por Maradona. Maradona no juega más, no dirige más, ahora es periodista y no lo dejan entrar a las canchas, le digo. Después me pregunta qué se dice de Alemania en Argentina, le hablo de respeto. Me pregunta si tenemos alguna ilusión. Me parece una chicana. Le digo que me negué a comentar el suplementario de Alemania con Argelia. Me dice que los algerinos se defendieron bien y que los jugadores alemanes no estaban inspirados. Inspiración, le digo, eso es lo impensado; él dice que la inspiración es suerte de comunión entre espíritu y pensamiento. No te entiendo, le digo. Me dice unas palabras en inglés y le digo que lo que no entiendo es el concepto. Inspiración, le digo. Le pregunto si tiene algún pálpito y me dice que no tiene pálpitos, que para eso estaba el pulpo Paul en el 2010. Le digo que a esa mundial lo ganó España y se ríe. Me pregunta si tengo algún pálpito, le digo que sí, y que hasta ahora no he fallado en ninguno; enseguida le digo que Podolski se ha sacado fotos con niños indígenas brasileños y que declaró respeto por la camiseta brasileña, algo bastante demagógico, después de una goleada y antes de una final ante un rival histórico. No me dice nada. Me dice que hablemos mañana o el sábado, antes del partido. Le digo que sí, me dice que él lo hace por la cábala y yo le digo que también lo hago por la cábala. Después se pone a hablar de Messi y le corto la comunicación.

 

Hachera loca teutona / por Florencia Minici
Nunca preguntaste
qué se siente
o si lo preguntaste
fue sólo una formalidad.
«Vamos a bailar» me invitaste

¡sonaba re bien!
a saltar al Atlántico Sur.
Moví los labios abajo del agua,
el pulgar para arriba
quería decir me estoy ahogando
pero no hay piedad
en esta galaxia vine
a trabajar y trabajar
y nada más
y vos a interpretar.

Capitana de la Interpretación!
de todas las Timbas
y los Signos
nunca te importó
saber Qué Se Siente
Pero cómo te va a importar?
si hacés las agujas que tejen las redes
de los arcos
con la resina de mi árbol

-hachera loca,
un día te despertaste y talaste un bosque entero
en treinta minutos-;
las agujas de las redes
de los arcos
de la resina de la lágrima de mi árbol
el agua de mi árbol
el charco de las caras
donde me multiplico.
Soy la tierra, no me interpreten.
No me exijan nada.

Rumbo a la cuarta copa del mundo / por Damián Ríos

Ya queda poco para la final entre Alemania y quien pase la otra semifinal. De Brasil había poco para decir antes de la lesión de Neymar; ahora no se puede decir nada. Porque no hay nada, entiendo que dice mi amigo Tiell, no sé cómo se escribe el nombre, satisfecho. A Holanda, Alemania le ganó una final, la única que jugaron; aquel equipo holandés tenía un nombre ridículo, y un gran jugador. Cuando le digo que antes tiene que pasar Brasil, me dice que eso estrictamente no va a ser una semifinal; que va a ser un entrenamiento, le digo. Algo así entiendo que me contesta. Es difícil comunicarse porque mi alemán no existe y el español de él es bastante pobre. Le pregunto por Ozil y su bajo nivel, no me contesta o no me entiende. Cuando le hablo de los torcedores brasileños me dice que sólo ve brasileñas de ascendencia alemana en las tribunas. Cuando le pregunto por Argentina dice algo de Messi y se corta la comunicación o la corta él. Está feliz, pienso, se habrá ido a festejar. Me alegro. La tristeza, dicen, no tiene final.

MF 3 / por Miguel Villafañe

1.-

HOY ES SÁBADO 15 DE JULIO, son las 9.30 y en pocas horas la SFARg. se enfrentará a la SFBel. por 4tos de final en el MF Brasil 2014. También falta jugar a la SFHol. con la SFCR.: partidazo, no me lo pierdo por nada. Ya están clasificadas la SFBr. (mi preferida) y la SFAl. (una de las favoritas). Ayer vi el partido entre la SFCol. (una de mis favoritas) y la SFBr. Luego del 2-1 a favor de los locales, dos motivos contrapuestos generaron sensaciones contradictorias que me inquietaron un rato, breve, hasta que tuve que ocuparme de la cena: perdió el partido quien quería yo que gane  pero lo ganó quien me gustaría que sea Campeón. Y además, encima: se lesionó Neymar.  Ya sabemos que en la tonta especulación del macho futbolero argentino, el de la “hinchada Quilmes”, el de “Brasil decime qué se siente…”,  que Neimar quede afuera del MF es música dulce para su cerebro entrenado en la “ventajita”: en su razonamiento de larva, fuera Neimar,  la SFBr. se tornaría menos peligrosa y vulnerable… No lo creo. Espero que los jugadores brasileños se fortalezcan y con el apoyo de su magnífica “torcida” puedan vencer sin complicaciones a los representantes del país de los “laboratorios”, y también espero que la SFArg. pueda avanzar en 4tos y en Semifinales y así llegar a una Gran Final en la que, sin Neymar, la SFBr, se corone Campeona. Aunque lo mejor, siguiendo una fantasía digna de Roberto Fontanarrosa, sería que empaten y que vayan a penales y que los jugadores los pateen afuera o sin violencia  a las manos de los arqueros indefinidamente y que, por extinción del tiempo natural del espectáculo, por aburrimiento y desinterés, se lo dé por empatado 0-0, transformándose así el MF de Brasil 2014 en el primero en el que dos equipos comparten el Campeonato. Pero eso no ocurrirá, ni en los dibujos de animé japonés. De este MF no espero  heroísmo, ni  sacrificio, ni desapego, ni virilidad. Sólo formas degradadas espero porque es lo que hay, como se dice,es la “oferta”. Como el caso del jugador (y uno de sus emblemas mediáticos) de la SFARg. llamado  Lavezzi que, para jolgorio y asco de los que tienen que sufrir su tendencia al exhibicionismo, aprovecha la “movida” y factura mostrando pectorales y abdomen  siempre sugiriendo, con carita de baboso, mientras no puede destacarse como futbolista, una compensación acorde con el interés “real” de un segmento de los espectadoras, aperentemente, una vez más, porque sabemos que donde pone el foco la prensa, está la realidad. Y de a ratos está en la jeta de Lavezzi, de a ratos en la de Messi y entre zi y si, irrumpe, inevitable, no. No me simpatizan ni sus proyecciones ni nada de lo que venden, nada. Por eso pienso que sería aleccionador para estos muchachos llegar hasta ahí, porque hasta ahora es premio: no demostraron querer-ir-más-allá. Tal vez hoy, en un rato, no más, lo demuestren como hizo ayer la SFBr. (más…)

Costa Rica, la revelación del cero / por Sebastián Morfes

Ayer jugó frente a Holanda sus últimos minutos en el mundial la selección de Costa Rica en un partido que los naranjas debieron ganar mucho antes de los penales. El arquero tico Keylor Navas recordó que los palos del arco, las desinteligencias del rival y la suerte también juegan. Pero aguantaron en una guerra de guerrillas que los tuvo adentro de la copa del mundo hasta casi la definición. (más…)

Aforismos / por Mauro Lo Coco

A España, más que la pelota debería importarle el arco.

A Klose, como a Palermo, poco le interesan los goles que erra. Le alcanzan los que mete para dormir tranquilo.

A la manera en que encallan las ballenas viejas para morir, así llegó España a Brasil 2014.

Al jugador inteligente se lo conoce por su mujer.

Aquel que nunca pidió la hora jamás ganó nada importante.

Aunque mañana juegues contra Brasil, por las dudas hoy poné un par de titulares.

Calladito, sin tocar una pelota y sin siquiera haber viajado, Tévez suma más que Federico Fernández.

Cuando Brasil se dedique a otro deporte tendremos mundiales parejos.

Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a Bilardo.

Dicen que se juega como se vive. Por eso, en el equipo de Brasil juegan unos cuantos muertos.

El fútbol no te interesa. Ok, ¿pero por qué me lo tenés que contar mientras miro el Mundial?

El fútbol estará muy parejo  pero en onda, Cristiano gana por goleada.

El fútbol está muy parejo. Aunque todavía no vimos a ningún iraní con la diez del Real Madrid.

El gol es una pequeña muerte.

En el fútbol puede pasar cualquier cosa. Menos que Holanda salga campeón del mundo.

El mundial es un evento que enfrenta a futbolistas con ganas de ganar contra otros con ganas de vacaciones.

El mundial de los equipos africanos siempre es el próximo.

El que nunca hizo tiempo que arroje la primera piedra.

“Estuvimos a un centímetro de la gloria” dijeron los chilenos. Hoy ya volvieron al lugar de siempre, que es a un millón de años luz de ganar aunque sea una copita de verano.

En los videojuegos, Alemania siempre es el equipo de la máquina.

Hay equipos que intentan jugar al ataque y otros se refugian atrás. Y está Grecia.

Higuaín y Agüero no pueden jugar juntos. Separados tampoco.

Inglaterra es un equipo que retrocede muy bien. Por eso se fue por la puerta de atrás.

Los orientales se caracterizan por la velocidad. Por eso se vuelven siempre en primera ronda.

Los partidos duran 90 minutos. Pero en cada uno, Zabaleta envejece 10 años.

Meterle un planchazo a un uruguayo también es jugar bien.

Para algunos, hay derrotas que tienen más dignidad que la misma victoria. Para que los ubiques, son esos que nunca ganaron nada.

Paradoja de Mascherano: entregar la pelota a un rival para poder recuperarla otra vez.

Quien reclama a Biglia en vez de Gago es la clase media: creen que cualquier oposición, aunque sea desconocida, es necesariamente mejor que el oficialismo.

¿Revisaron las playas? ¿En serio no había un garoto mejor que Fred?

Según Freud, Suárez que ladra no muerde.

¿Será que los equipos africanos son muy ingenuos o que la FIFA es muy garca?

Si Caruso Lombardi dirigiera a Brasil también pondría a  Fred de 9.

Si Gago es el único que le puede dar la pelota a Messi, por ahí es mejor que Lio se la consiga solo.

Si gusta el fútbol lírico, tirá paredes con los poetas.

Un buen periodista deportivo es capaz de hacerte creer que sabe cómo juega Basanta.

Un gol pedorro vale igual que uno lujoso. Me quedo con el pedorro, de culo, en el último minuto y con ellos bien calientes.

Ver a una selección Italiana saliendo al ataque es tan raro como enterarte que Cuba se pasa al capitalismo.

Vergüenza: eso de lo que carece Rojo.

Camerún y Costa de Marfil 4 / por Pablo Katchadjian

No es suficiente que Camerún haya quedado, por puntos, como el peor equipo del mundial: los medios de comunicación comentan que Ralf Mutschke, jefe de seguridad de la FIFA y ex ejecutivo de Interpol, tiene, por algún motivo, la sospecha de que el partido de Camerún contra Croacia, en el que Camerún perdió cuatro a cero, estuvo arreglado, o que estuvo arreglado el partido posterior contra Brasil, en el que Camerún perdió cuatro a uno. La noticia no es clara, porque a veces aparece como arreglado un partido y a veces el otro, pero en todos los casos se precisa que la FIFA no planea tomar medidas contra Camerún. Los periodistas hablaron con el director técnico camerunés, Volker Finke, que les respondió: “No leo los diarios. Y honestamente nunca escuché nada sobre el tema. Conozco a mi equipo (…) Me resulta totalmente imposible que mis jugadores hayan regalado el partido. No se preocupen”. También fueron a hablar, los periodistas, con Luiz Felipe Scolari, el director técnico brasileño, antes de que Brasil jugara contra Camerún; le preguntaron, tal vez, algo como lo siguiente: “Como Camerún ya no tiene nada que perder, ¿podría ser que el partido esté arreglado para que Brasil pueda elegir a sus oponentes en la fase de octavos?”. Scolari dijo que era una estupidez la pregunta y que le parecía una falta de respeto hacia Camerún. Y hacia Brasil, podría agregar uno. En todo caso, como no se entiende, uno se ve forzado a reconstruir lo que ocurrió. Se podría conjeturar lo siguiente: luego del partido entre Croacia y Camerún y antes del partido entre Brasil y Camerún, los periodistas le preguntaron a Ralf Mutschke, jefe de seguridad de la FIFA, si había descubierto partidos arreglados; Mutschke respondió que por lo pronto no, pero que sabía que siempre había intentos, sobre todo con los equipos que ya no tienen nada que ganar o perder; los periodistas le preguntaron a Mutschke a qué equipos se refería; “Bueno”, puede haber dicho él, “equipos como Camerún, por ejemplo, que acaban de perder su segundo partido y ya no tienen nada que ganar”; inmediatamente los periodistas fueron a buscarlo a Volker Finke, el director técnico de Camerún, y le preguntaron qué opinaba sobre la sospecha de Muntschke de que el partido que Camerún acababa de jugar contra Croacia había estado arreglado; Finke les respondió con asombro; insatisfechos, los periodistas fueron a buscarlo a Scolari, el director técnico brasileño, y le preguntaron qué opinaba sobre la opinión de Muntschke de que el partido que Brasil jugaría contra Camerún estaba ya arreglado; Scolari les respondió con asombro y enojo; con todo ese material y esa investigación, luego se hicieron numerosas notas, unas copiadas de las otras. Esto es posible. Sin embargo, parece haber algo más. Según el semanario alemán Der Spiegel, la predicción de que el partido contra Croacia estaría arreglado la hizo el singapurense Wilson Raj Perumal, quien estuvo preso en Finlandia por haber liderado una red global de arreglo de partidos y que, a cambio de no ser deportado, se dedicó a brindar información. Entre sus logros se destaca un torneo de fútbol entre Estonia, Bulgaria, Bolivia y Latvia que no fue televisado y que se llevó a cabo en estadios vacíos de Turquía y en donde todos los goles –siete– fueron por penales otorgados por árbitros elegidos a dedo. Alguien podría preguntar por qué tanto esfuerzo en arreglar partidos. Porque las apuestas clandestinas, en su mayoría asiáticas y europeas, son millonarias. La red de Perumal, según parece, habría manipulado a cientos de jugadores profesionales de todo el mundo, especialmente en países que pagan sueldos bajos. Perumal aprendió el oficio junto con Tan Seet Eng, otro singapurense más conocido como Dan Tan. Ambos aprendieron de alguien de origen chino-indonesio cuyo verdadero nombre es desconocido pero que se hace llamar Tío Frankie, una leyenda entre los arregladores de partidos. Tío Frankie les enseñó a Perumal y a Dan Tan el secreto: muchos futbolistas, entrenadores y árbitros son pobres y permeables a los sobornos; si sólo se tiene al árbitro, es un arreglo de una estrella y se apuesta un poco menos; si se tiene a todo el equipo, son cinco estrellas y se apuesta mucho. La FIFA no dijo tener planes ni pruebas de nada, pero de todos modos el presidente camerunés Paul Biya le dio treinta días a su primer ministro para hacer un informe sobre “la campaña vergonzosa de los Leones Indomables”. El diario camerunés La Météo hizo una tapa que dice “Todos culpables” bajo una foto del ministro de deportes Adoum Garoua, el entrenador Volker Finke y el capitán Samuel Eto’o. Al mismo tiempo, Fecafoot, la federación de fútbol local, instruyó un comité de ética para probar las acusaciones. Fecafoot habló en un comunicado sobre la existencia de “siete manzanas podridas” en la selección nacional, y agregó que aunque aún no habían sido contactados por la FIFA, ya habían empezado a investigar. Todo esto, parece, fue desencadenado por el comentario de Perumal. ¿Qué dijo Perumal? Según Der Spiegel –o, habría que decir, según el editor de deportes de Der Spiegel Rafael Buschmann, que chateó con él por facebook–, Perumal predijo que Croacia le ganaría a Camerún cuatro a cero y que expulsarían a un jugador. Sin embargo, luego del escándalo político Perumal hizo unas declaraciones sobre el asunto: “Contrariamente a las ‘revelaciones’ publicadas por el semanario alemán Der Spiegel que fueron luego reproducidas por los noticieros de todo el mundo, nunca predije el resultado de Camerún contra Croacia (…). El intercambio con Der Spiegel ocurrió luego del partido (…). Y por último: en ningún momento fui informado por el periodista de Der Spiegel de que nuestro chat terminaría en una publicación alemana”. Der Spiegel salió luego a defender a su editor. ¿Entonces? Nada, parece. Pero Fecafoot aprovechará la situación para importunar a los jugadores que desprestigiaron a los dirigentes haciendo huelga y amenazando con no viajar. O el ministro de deportes o los jugadores o Volker Finke: alguna cabeza deberá caer en Camerún. Mientras tanto, el rapero camerunés Maahlox Le Vibeur hizo un tema sobre el codazo de Alexandre Song al croata Mario Mandzukic que incluye una coreografía alusiva. La letra es celebratoria y levemente irónica, hasta donde entiendo, o irónicamente celebratoria [el video se puede ver abajo] . Su estribillo dice: Cours petit, cours petit, / sinon on vas te Alexandre Song dans ton dos (“corré chiquito, corré chiquito, / que si no Alexandre Song  te la da por la espalda”). Después agrega que Alexandre Song te la puede dar por otros lugares: dans tes couilles (“en las bolas”); dans ta face (“en tu cara”); dans les fesses (“en los glúteos”); dans la gueule (“en la boca”). Una explicación –misteriosa para mí– de  todo esto es que le petit il a mélangé le tapioca avec le mango (“el chiquito mezcló la tapioca con el mango”). Quizá sea un problema de traducción. En todo caso, la conclusión sí es clara: petit, si tu veux rester dans la tanière des lions, il faut être violent, il faut être Alexandre Song dans ta tête (“chiquito, si querés quedarte en la guarida de los leones, tenés que ser violento, tenés que ser Alexandre Song en tu cabeza”).